Policiales

Condenan al ladrón que firmó su “obra”, tras destrozar un local y atar a una menor

Carlos Emanuel "Momo" Barone (28) había sido identificado al perder su DNI mientras escapaba de un edificio céntrico. Tras casi un mes prófugo, fue detenido en el HIGA tras ingresar con nueve balazos en el cuerpo. Le impusieron una pena de 4 años de prisión.

La Justicia condenó a un ladrón reincidente que había atado y amenazado a una adolescente, destrozado un local, escrito insultos y firmado con su nombre en las paredes y olvidado su documento en la escena del delito. Por si fuera poco, se había mantenido un mes prófugo y fue detenido recién al ingresar al Hospital Interzonal herido de cuatro balazos, por un hecho del que nada se sabe hasta hoy.

En un juicio abreviado, Carlos Emanuel “Momo” Barone (28) fue condenado a cuatro años de prisión por los delitos de robo agravado por escalamiento en concurso ideal con daño y robo agravado por escalamiento, ambos en concurso real. Además, fue considerado reincidente, por una sentencia de 2018 en el Juzgado Correccional 3 de dos años y seis meses de prisión, comprensiva de la de dos años de prisión de ejecución condicional impuesta por el Juzgado de Garantías 5, por los delitos de robo agravado por efracción y en poblado y en banda en grado de tentativa y robo agravado por efracción y escalamiento en grado de tentativa, y la de ocho meses de prisión impuesta en la causa del Juzgado Correccional 3, por el delito de robo simple.

Como agravante, la Justicia remarcó que en uno de los robos Barone ató y amenazó a una adolescente de 14 años que se encontraba sola cuando irrumpió en su domicilio.


Robo, destrozos, insultos y un DNI


Destrozos en el comercio.

El sábado 14 de diciembre de 2024, cerca de las 6.30 de la mañana, una mujer que vive en un segundo piso de un edificio de Jujuy al 1800 se fue de la vivienda para ir al gimnasio y dejó durmiendo a sus hijos: un adolescente de 16 años y una de 14.

Prácticamente en simultáneo, un hombre había subido a los andamios del edificio (ya que la marquesina está en reparación) y desde allí ingresó por una ventana a la oficina de la estética “Coco Manos”. El ladrón separó objetos para robar y destrozó el interior del comercio. Además, escribió en las paredes la palabra “PUTAS” y “BAREN”.

Barone volvió al andamio y acomodó la mercadería para poder llevársela. Allí se dio cuenta de que podía acceder hasta la ventana de un departamento del segundo piso del edificio, por lo que trepó unos tres metros por una soga, forzó una ventana e ingresó al lugar.

Una vez en el interior, sorprendió a una adolescente, de 14 años, que se había levantado de la cama al escuchar ruidos. El hombre amenazó a la menor, le dijo que no lo viera a la cara y la llevó hasta el comedor, donde la maniató con unos cables. Volvió a pedirle algo, esta vez que no gritara, que no le pasaría nada. La víctima guardó silencio mientras el delincuente revolvió del departamento y se hizo de 300.000 pesos, dos computadoras, un celular, tres pares de zapatillas, un cargador de Iphone, unos lentes de lectura, un reloj, un parlante, un bolso marca Nike y el boletín de calificaciones del colegio de la adolescente.

Mientras esto sucedía, el hermano de la adolescente dormía en otra habitación y no advirtió que un delincuente estaba en el departamento.

El asaltante se fue por la misma ventana que había ingresado sin lastimar a la menor, quien al sentirse más segura despertó a su hermano y llamó a su madre para contarle que acaban de robarles.

Personal de la comisaría primera fue hasta el lugar, asistió a las víctimas y les tomó declaración. Luego, al revisar los andamios encontraron la mercadería del comercio lindero que había sido también robado y, junto a una remera, hallaron el Documento Nacional de Identidad de un hombre llamado Carlos Emanuel Barone. Al comparar las imágenes de video con la foto del DNI estaba claro que era quien acababa de cometer ambos delitos. Además, se trataba del un apellido similar a la palabra en la pared del local de “Coco Manos”.


Un delincuente reincidente


Una vez que la policía tuvo el documento de identidad del sospechoso, se constató que se trataba de Emanuel Barone, con domicilio en el barrio Belisario Roldán, con numerosos antecedentes penales y hasta condenas por robos.

El sospechoso tuvo una última sentencia el 28 de marzo de 2024 en el Juzgado de Garantías N° 5, donde fue condenado en un juicio abreviado a la pena de 2 meses de prisión de efectivo cumplimiento por unos robos, que se unificó a una pena de 8 meses, ya que contaba con una condena del Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 en la que había sido considerado reincidente, junto a otra pena en el Juzgado Correccional N° 3.


Destrozos y “maldad”


Pintada en el local de “Coco Manos”.

Natalia, la dueña de “Coco Manos”, definió lo que sufrió ese día en su local como un caso de “maldad”, que excedió a un robo en un comercio o un hecho de vandalismo.

En diálogo con LA CAPITAL, Natalia contó que ya habían sido víctimas de otros robos, aunque menores. Como la mujer “se veía venir” la posibilidad de un robo en el interior del local, había comprado una alarma, que justamente el sábado 14 de diciembre le iban a instalar la sirena. Sin embargo esa posibilidad que sentía de ser víctima de un robo se cumplió unas horas antes de que la alarma estuviera en funcionamiento.

La comerciante cree que Barone “rompió todo” por no poder robar, por no poder llevarse los objetos que había separado. “Ató bolsas entre sí para hacer una suerte de soga para poder bajar. Cuando entendió que no podía llevarse nada empezó a romper: escrachó las paredes con acrílico, llevó basura del baño y la tiró al piso, agarró cosas de la heladera y las tiro contra las camillas y nuestra ropa de trabajo”, contó.

La dueña del comercio explicó que se sorprendió con las pintadas en el local, sobre todo al ver que estaba el apellido del sospechoso. “En una pared se leía ‘Baren’. ¡Su apellido! La policía nos decía que quizás era para despistar, para inculpar a alguien más. Pero lo buscamos por Facebook y era él”, expresó.

“Empezamos a ver lo que hacía en redes. Encontramos que tiene tres Facebook, que publicaba en grupos de trabajos, en los que se presentaba como ‘un pibe bueno, de confianza’ y ahí estaba su currículo, en el que tenía la dirección, el teléfono, todo”, agregó la mujer.


Prófugo baleado y detenido


Desde el 14 de diciembre de 2024 que el fiscal Moyano y la policía tenían identificado a Barone, pero sin poder encontrarlo, a pesar de haber allanado su vivienda en el barrio Belisario Roldán, muy cerca de la Villa Gascón.

Tras semanas de mantenerse prófugo, para sorpresa del personal del destacamento del Hospital Interzonal, el 9 de enero a la madrugada Barone fue abandonado en la guardia gravemente herido, con nueve balazos: cinco tiros en una pierna y cuatro en otra.

Los médicos que lo recibieron diagnosticaron casi de manera visual que su vida no corría riesgo, pero lo sometieron a todo el protocolo para las curaciones correspondientes y para ponerlo a disposición de la policía.

El “Momo” Barone se negó a aportar información tanto sobre lo que le había sucedido como sobre su identidad. Poco después, al cabo de algunas averiguaciones del personal policial del Destacamento y de que el propio herido entró en razón de que lo mejor era contar la verdad, quedó al descubierto que había sido el autor de un robo en el un local que había “firmado” con su nombre en las paredes.

Luego se supo que Barone había sido baleado en cercanías de la Villa Gascón, en 188 y Gascón, el mismo lugar en donde el año pasado fueron asesinados Marcos Robaina, Walter Silguero y Luciano Quiroga. En ese radio de dos o tres cuadras funcionan “points” de venta de droga y hasta los problemas menores se resuelven con violencia, principalmente a los tiros.

 

 

 

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